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Sor Magaly: la monja rojiblanca

Un breve repaso sobre cómo surgió su pasión por la escuadra rojiblanca que despierta odios desbocados y amores desdichados

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Sor Magaly: la monja rojiblanca

sor magaly monja juniorista


Magaly Vargas, mejor conocida como Sor Magaly, es una reconocida hincha del Junior de BarranquillaExtrovertida, alegre y servicial, así muchos hinchas de antaño recuerdan y tienen presente a la mujer religiosa al servicio de Dios.

Un breve repaso sobre cómo surgió su pasión por la escuadra rojiblanca que despierta odios desbocados y amores desdichados en cualquier rincón del Caribe Colombiano.

Fiebre carioca en el Junior de Barranquilla

Su padre fue la primera persona que le brindó el contacto inicial con el deporte rey cuando la invitaba cada domingo a asistir religiosamente al Estadio Municipal Romelio Martínez, ubicado en la Calle 72 entre las carreras 44 y 46.

Se sentaba en la gradería de sombra y allí se deleitaba viendo a jugadores talentosos como Laerte, Quarentinha, Otton Valentín, Dacunha y el cañonero Toño Rada; quienes marcaron una huella entre los aficionados de antaño. También coleccionaba recortes de periódicos deportivos donde aparecían los jugadores más destacados del elenco tiburón en aquellos años 60.

“Me gustaba el juego en conjunto, la técnica y los pases que lograban los jugadores de aquella época. Fue un momento excepcional en Colombia, porque los brasileros trajeron el sabor de la samba y la danza”, así recordó Sor Magaly esos años de fútbol champagne en un reportaje hecho por el periodista Jaime De La Hoz Simanca.

 

Padre nuestro, pecado fútbol

“¿En qué se parece el fútbol a Dios?

En la devoción que le tienen muchos creyentes

y en la desconfianza que le tienen

muchos intelectuales”

Eduardo Galeano

 

El surgimiento de la pasión por el deporte rey tuvo sus traspiés en los inicios del noviciado. Por aquellos años, los sacerdotes y monjas eran percibidos como personas incorruptibles y alejados de lo “mundano”. Por esa razón, una monja futbolera no era bien vista por la sociedad.

Sor Magaly tuvo restricciones en el internado. Cuando se enteraba que había partidos, le tocaba imaginar resultados de Junior o la Selección Colombia. Tiempo después pudo seguir las transmisiones radiales del fútbol cuando se fue para Barrancabermeja.

En 1973 un grupo de religiosas iniciarían labor social y clases de catecismo en el barrio Lipaya, ubicado en el suroccidente de Barranquilla, donde la ausencia del Estado era notoria y sus habitantes no tenían acceso a educación y servicios básicos. Allí se construiría el Hogar Infantil Fe y Alegría.

Entre sus filas, se encontraba Sor Magaly. Ella estaría en el inicio de las obras de aquel hogar educativo, pero regresaría a Bogotá a cumplir otras misiones, aunque no se desprendería de su ciudad natal y el equipo de sus amores.

Acercamientos con el club Junior de Barranquilla

En diciembre de 1977, Sor Magaly celebró con los jugadores la obtención de la primera estrella. Desborde de alegría y fervor por aquella hazaña hecha por un equipo provinciano en una fría noche bogotana ante Independiente Santa Fe.

Llegó el año 1979. Ella aterrizaría nuevamente a Barranquilla en el marco del Año Internacional del Niño.

Promocionó eventos con fines sociales en todas las emisoras de la ciudad y conocería a Javier Bonett, gerente de Junior de Barranquilla. Él le brindó la oportunidad de enviarles telegramas para motivar a los jugadores del club barranquillero quienes se concentraban en una antigua sede ubicada en la Carrera 38 con calle 70B.

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El periodismo barranquillero: su aliado

Fabio Poveda quien le dio el salto mediático. El legendario periodista logró que un porcentaje de la boletería del partido Junior vs Deportes Quindío fuese destinado a la fundación Fe y Alegría.

Foto: Memorias de mi padre. Edgar Perea el campeón

Sor Magaly conoció a Hugo Illera, reconocido periodista de Caracol Radio. El propósito de la monja era reconstruir uno de los jardines de Fe y Alegría. Él le recomendó ir a donde Édgar Perea, uno de los caciques en el dial local. Aunque Illera le advirtió que Perea era “escamoso” porque esas ayudas se prestaban para malas intenciones y no llegaban a los menos favorecidos.

En ese momento surge una incertidumbre pero que tendría un giro inesperado.

La amistad con El Campeón

-     ¿Cómo podré llegarle a ese señor? Sor Magaly Refiriéndose a Perea

-    Tienes que empezar la conversación así: “Édgar, en nombre de la Virgen del Carmen…” le aconsejó Illera

Según relata Fernando Perea en el libro Memorias de mi padre Édgar Perea, el campeón; cuando Sor Magaly conoció a Édgar Perea, la caballerosidad del gigante de la radio brotó ante el acercamiento de la religiosa. Ella lo espero a la salida de su programa y lo abordó.

-       Édgar, estoy aquí en nombre de la Virgen del Carmen para que me ayudes…

Inmediatamente El Campeón asintió y le donó una suma cuantiosa para Fe y Alegría. Desde aquel entonces, surgió una amistad entre el locutor y la religiosa. Fue su consejera espiritual y le suplicaba a Perea para que dejara de pelear en el inolvidable programa radial La Gran Polémica de los Deportes que se emitía en Caracol Radio.

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Edgar Perea falleció en abril 11 de 2016.

El legado sustancioso de Sor Magaly en Barranquilla

 

Van pasando los años,

jugadores también dirigentes,

pero lo que no cambia

es la gente que te alienta siempre.

 

En el título de 1980 obtenido gracias al empate 2-2 ante Deportivo Cali en el Pascual Guerrero, los campeones comandados por José Varacka se acordaron de ella y decidieron dedicarle el agónico triunfo

Muchas estrellas se han bordado en el escudo del Junior de Barranquilla desde aquel año 77 hasta ahora. Y cada estrella la ha vivido apasionadamente Sor Magaly.

Actualmente coordina la Pastoral Fe y Alegría en la capital del Atlántico. Labor social que ha permitido llegar a barrios de condiciones sociales críticas.

En octubre de 2015, Barranquilla celebró el congreso mundial de Fe y Alegría con la participación de 150 personas de distintas nacionalidades. Se hizo para conmemorar el aniversario número 60 de la fundación.

Sor Magaly sigue vibrando por el club de sus amores, para fortuna de ella, en la ciudad que la vio nacer y donde ha ejercido la labor social para beneficiar al prójimo.


Los actos no protocolarios de Knight

William Knight fue uno de los delanteros más destacados que tuvo el onceno tiburón durante la década de los 80 y  quien vivió un episodio que se quedó como anécdota para la hinchada juniorista.

En 1983, Atlético Junior hizo un brillante torneo anotando más de 100 goles pero quedaría subcampeón ese año por esos infortunios del fútbol, ante la poderosa escuadra de América de Cali. En ese onceno figuraban Edgardo ‘Patón’ Bauza, Luis Grau, Carlos Babington, Omar Galván, Fernando Fiorillo y otros.

Junior de Barranquilla. Año 1983



Entre esos jugadores participes de la centenaria cifra, estaba William Knight. Un  joven antioqueño nacido en el municipio de El Bagre quien jugó 193 partidos con Junior y anotó 48 goles como delantero.

Sin embargo, durante un partido de visitante ante Deportivo Pereira, en la Perla del Otún; a Knight le ocurrió un episodio cómico y flatulento que quedó en la memoria colectiva de los hinchas de antaño.

Todo sucedió cuando  antes del partido, el delantero antioqueño se comió unas butifarras a toda prisa y con cuero incluido para no ser sorprendido por los hermanos Solari (Jorge, técnico, y Eduardo, preparador físico, de nacionalidad argentina). La butifarra es un embutido típico del Caribe Colombiano que tiene carne, ajo y pimienta.

Knight, no pensó que dichas butifarras le iban producir malestar estomacal. Cuando empezó el calentamiento le comentó al aguerrido defensor barranquillero Dulio Miranda, lo que sentía y éste le dijo: “Eche, pero ves al baño y descarga”. El atacante fue al baño dos veces, pero no pudo “descargar”.

Atlético Junior saltó al campo y en pleno himno nacional, Knight sintió que “bajó lo que era”. Habló con el árbitro de aquel partido, -Alirio Blanquiceth- quien le concedió permiso para ir al vestuario tiburón e intentar hacer su necesidad fisiológica. Para su mala fortuna, cuando iba a emprender su carrera sonó enseguida el himno de Barranquilla y le tocó quedarse.


Con esas ganas enormes de ir al baño, el balón empezaría a rodar. Le tiraron un pelotazo, pero ni siquiera Knight hizo el intento por buscar el balón. El público presente en el estadio de la Perla del Otún lo notó y lo empezarían a presionar.

Knight, volvería a hablar con el árbitro y el juez de línea; éstos concordaron que él, podía ir al vestuario cuando la pelota saliera del campo, pero este momento se tardó varios minutos. “Comenzamos una tocata brava, como la del Barcelona, y esa bola no salía”, le manifestó Knight al diario local El Heraldo que años después le realizó una entrevista donde se recordaron tantas cosas.



Cuando la pelota salió del terreno de juego, William Knight entró al vestuario y pudo realizar su necesidad fisiológica. El episodio no terminaría ahí. El ex atacante manifiesta entre risas, que no se limpió “porque no quería que el público asistente pensara que había entrado al baño”. Entró inmediatamente al terreno de juego, pero recuerda que el locutor barranquillero Hugo Illera le dio a entender al legendario narrador Édgar Perea lo que le había sucedido al jugador. Perea dijo entonces en su transmisión radial, de forma cómica y picante: “Ahí ingresa otra vez Willy Knight, caballero ya está livianito”.

El barranquillero Juan Carlos Abello, otro jugador que se destacó en aquella década y quién estaba en el banco de suplentes; fue el que se dio cuenta sobre la situación de Knight que no se había limpiado y lo gritó a los cuatro vientos el episodio. A los pocos minutos, Knight marcó un gol con golpe de cabeza, pero por el olor que emanaba nadie corrió a abrazarlo.

William Knight. Foto: El Heraldo

Sin duda alguna, este episodio es una anécdota más para el bestiario del fútbol profesional colombiano. Knight después de su retiro del fútbol, quedó ligado al deporte y se ha desempeñado como entrenador de divisiones inferiores de Junior de Barranquilla y otras escuelas de formación deportiva en la Costa.

Fuente: El Heraldo