En honor a Hans Christian Andersen

Finalizando la década de los noventa cuando asomaban tímidamente el apocalíptico Y2K y el correo electrónico como mensajero sin rostro, yo comenzaba a despertar el uso de la imaginación gracias a un autor que me hizo asomar a la ventana del mundo a través de sus cuentos: el danés Hans Christian Andersen (n.1805 – f. 1875).

René Descartes decía que leer un libro es como conversar con las mentes más brillantes del pasado, por tal razón es menester recalcar el papel importante que tuvo Andersen en la literatura universal, quien a través de sus fábulas y cuentos folclóricos buscó la reflexión y el pensamiento crítico más allá de insulsas moralejas.

El mencionado escritor nórdico dejó como legado a la humanidad cuentos insignes como El Soldadito de Plomo, La Sirenita, El Traje del Nuevo Emperador, El Patito Feo, El Ruiseñor y entre otros; los cuales hicieron de él una pluma inmortal que supo aplicar metáforas con vigencia sempiterna para niños y jóvenes.

En efecto, quiero destacar la importancia del primer título señalado porque es, sin duda, uno de las obras que ha trascendido después de haber sido publicada hace dos siglos.



Cuando vi el videoclip de la canción Instant Crush de Daft Punk con Julián Casablancas lanzado en el año 2013 del álbum Get Lucky, entró un aire de nostalgia a mi mente. Era nuevamente vivir un espiral de olores, sabores y oralidad. Es rememorar las tardes eternas, el sabor de una galleta punto rojo, el olor de la avena caliente y la dicción fina de palabras de mi mamá a la hora de narrar el cuento que estaba plasmado en un libro de pasta colorida y agradable aroma de tinta, que endulzaron e hicieron inolvidables los ratos de una gran parte de mi niñez. Fue inminente la llegada de una retrospectiva sobre ese relato donde el juguete que personifica un soldado amputado se enamora de una bailarina pero vive una odisea al ser arrojado por la ventana de la casa de sus dueños donde comienza a recorrer toda una ciudad montado en un barquito de papel atravesando todo tipo de situaciones para regresar a casa otra vez y luego tristemente incinerado junto a ella bajo el fuego de la chimenea dejando como rastro un corazón de plomo y una lentejuela.
Es rememorar las tardes eternas, el sabor de una galleta punto rojo, el olor de la avena caliente y la dicción fina de palabras de mi mamá a la hora de narrar el cuento que estaba plasmado en un libro de pasta colorida y agradable aroma de tinta, que endulzaron e hicieron inolvidables los ratos de una gran parte de mi niñez. 
Dicho cuento autóctono de la cultura danesa ha tenido sus referencias en la cultura moderna, explotado por las grandes corporaciones mediáticas como Disney a tal punto de ser un ícono de las trágicas historias de amor contemporáneas. También ha sido inspiración para conciertos de ópera, ballet, cine (Fantasía 2000) y hasta obras de teatro alrededor del mundo. Asimismo, sus cuentos han sido objeto de numerosos análisis y ensayos literarios por parte de críticos académicos.



Estatua de Hans Christian Andersen en Nueva York (EE.UU). Foto: El Diario
Según Socorro Venegas citada por Sonia Ávila en el portal Excelsior, “los relatos de Andersen se identifican por un lenguaje “inteligente” que rechazan un lector “tonto”; se caracterizan por tomar como referencia tradiciones populares y narraciones mitológicas, que si bien contienen una moraleja, su objetivo a priori no es educar, sino reflexionar sobre la condición humana” (2015).

Por otro lado, el crítico de arte del Financial Times, Jackie Wullschlager (2001), quien escribió una biografía destinada a revelar los nexos entre las fábulas de Andersen y su pobre vida, señala que era bisexual, grotesco físicamente y afeminado en sus ademanes. No obstante, asegura que el danés dio un giro el género de los cuentos para niños dándole un toque de anarquía, dolor y humor para manifestar emociones punzantes de amores frustrados con gran calidad artística.
Los relatos de Andersen se identifican por un lenguaje “inteligente” que rechazan un lector <<tonto>>
Estatua de Hans Christian Andersen en Copenhague (Dinamarca). Foto: El Diario
Grosso modo, Hans Christian Andersen es el escritor de literatura infantil eternamente a leer si se va a incentivar la lectura como vehículo transgresor de la lógica y aguja para coser nuevas inspiraciones para la ficción. Es un autor que seguirá perdurable por el resto de nuestros días y sus obras seguirán siendo chivo expiatorio para nuevos hallazgos académicos.

El legendario autor cuenta con una gran reputación en su tierra natal, al punto de tener estatuas en el cementerio donde fue enterrado en Copenhague (Dinamarca) y otra en un parque en Nueva York (EE.UU). Así como el premio que lleva su nombre para exaltar a los escritores más destacados de literatura infantil. Este palmarés ha sido conseguido por escritoras como la británica J.K. Rowling y la chilena Isabel Allende. Por tal razón, el 2 de abril de cada año se celebra en el mundo el Día Internacional del Libro Infantil en honor a su natalicio y su destacada carrera literaria.

Bien decía el danés: “La historia de mi vida será el mejor comentario de mi obra”. 

Gracias por tanto, Hans.


REFERENCIAS

Revista Arcadia. Isabel Allende recibe el premio Hans Christian Andersen de literatura. Junio, 2011. https://www.revistaarcadia.com/libros/articulo/isabel-allende-recibe-premio-hans-christian-andersen-literatura/25510

Revista Nexos. Hans Christian Andersen: Una vida para adultos. Julio, 2001. https://www.nexos.com.mx/?p=10033

El Excelsior. Agosto, 2015. Hans Christian Andersen y el respeto al lector infantil. http://www.excelsior.com.mx/expresiones/2015/08/04/1038296