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Los actos no protocolarios de Knight

William Knight fue uno de los delanteros más destacados que tuvo el onceno tiburón durante la década de los 80 y  quien vivió un episodio que se quedó como anécdota para la hinchada juniorista.

En 1983, Atlético Junior hizo un brillante torneo anotando más de 100 goles pero quedaría subcampeón ese año por esos infortunios del fútbol, ante la poderosa escuadra de América de Cali. En ese onceno figuraban Edgardo ‘Patón’ Bauza, Luis Grau, Carlos Babington, Omar Galván, Fernando Fiorillo y otros.

Junior de Barranquilla. Año 1983



Entre esos jugadores participes de la centenaria cifra, estaba William Knight. Un  joven antioqueño nacido en el municipio de El Bagre quien jugó 193 partidos con Junior y anotó 48 goles como delantero.

Sin embargo, durante un partido de visitante ante Deportivo Pereira, en la Perla del Otún; a Knight le ocurrió un episodio cómico y flatulento que quedó en la memoria colectiva de los hinchas de antaño.

Todo sucedió cuando  antes del partido, el delantero antioqueño se comió unas butifarras a toda prisa y con cuero incluido para no ser sorprendido por los hermanos Solari (Jorge, técnico, y Eduardo, preparador físico, de nacionalidad argentina). La butifarra es un embutido típico del Caribe Colombiano que tiene carne, ajo y pimienta.

Knight, no pensó que dichas butifarras le iban producir malestar estomacal. Cuando empezó el calentamiento le comentó al aguerrido defensor barranquillero Dulio Miranda, lo que sentía y éste le dijo: “Eche, pero ves al baño y descarga”. El atacante fue al baño dos veces, pero no pudo “descargar”.

Atlético Junior saltó al campo y en pleno himno nacional, Knight sintió que “bajó lo que era”. Habló con el árbitro de aquel partido, -Alirio Blanquiceth- quien le concedió permiso para ir al vestuario tiburón e intentar hacer su necesidad fisiológica. Para su mala fortuna, cuando iba a emprender su carrera sonó enseguida el himno de Barranquilla y le tocó quedarse.


Con esas ganas enormes de ir al baño, el balón empezaría a rodar. Le tiraron un pelotazo, pero ni siquiera Knight hizo el intento por buscar el balón. El público presente en el estadio de la Perla del Otún lo notó y lo empezarían a presionar.

Knight, volvería a hablar con el árbitro y el juez de línea; éstos concordaron que él, podía ir al vestuario cuando la pelota saliera del campo, pero este momento se tardó varios minutos. “Comenzamos una tocata brava, como la del Barcelona, y esa bola no salía”, le manifestó Knight al diario local El Heraldo que años después le realizó una entrevista donde se recordaron tantas cosas.



Cuando la pelota salió del terreno de juego, William Knight entró al vestuario y pudo realizar su necesidad fisiológica. El episodio no terminaría ahí. El ex atacante manifiesta entre risas, que no se limpió “porque no quería que el público asistente pensara que había entrado al baño”. Entró inmediatamente al terreno de juego, pero recuerda que el locutor barranquillero Hugo Illera le dio a entender al legendario narrador Édgar Perea lo que le había sucedido al jugador. Perea dijo entonces en su transmisión radial, de forma cómica y picante: “Ahí ingresa otra vez Willy Knight, caballero ya está livianito”.

El barranquillero Juan Carlos Abello, otro jugador que se destacó en aquella década y quién estaba en el banco de suplentes; fue el que se dio cuenta sobre la situación de Knight que no se había limpiado y lo gritó a los cuatro vientos el episodio. A los pocos minutos, Knight marcó un gol con golpe de cabeza, pero por el olor que emanaba nadie corrió a abrazarlo.

William Knight. Foto: El Heraldo

Sin duda alguna, este episodio es una anécdota más para el bestiario del fútbol profesional colombiano. Knight después de su retiro del fútbol, quedó ligado al deporte y se ha desempeñado como entrenador de divisiones inferiores de Junior de Barranquilla y otras escuelas de formación deportiva en la Costa.

Fuente: El Heraldo