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Una ventanilla al pensamiento


Las veces que he tenido un problema – como todo ser humano – he buscado refugio donde mi voz interior ya sea de culpa, rabia, desesperación o tristeza se alcé en tono alto, para canalizar así las emociones que la misma ha generado en mi alma.

Y es que la rutina diaria, afecta tanto a los seres humanos al punto de colapsar emocionalmente y sumergirse en mundos menos convenientes como el alcohol o las drogas, que calman un poquito la ansiedad, pero que catapulta al ser humano a un infierno sin salida, donde pocos encuentran un retorno.

Guerras, violaciones, robos, corrupción política, detrimento de la familia, el desempleo, el alto costo de la vida, entre otros siempre han afectado a la sociedad contemporánea, que vive en medio del estrés y demencia sistemática cada vez más elocuente.
Sin embargo, pocos encontramos dentro de esa rutina canibalesca, mundos surrealistas que cobran vida en nuestro diario vivir, pasajes donde pensar y reflexionar se ventilan, con pensamientos negativos y positivos, que van y vuelven, como si se tratara de un bumerán que se esparce en nuestra contaminada atmosfera, que retorna ya sea con nuevas ideas o con pesimismo exacerbado.

 Vive en un vehículo que transita en la ciudad de la furia, aquella que geográficamente tiene selvas de cemento y desérticas calles, donde perro come perro y a veces por un puñado de plata, te matan. Aquel mundo llamado ventanilla, que nutre la caldera humana de respiración con oxígeno.

Vehículo, que brota llamarada contaminante para la atmosfera en nuestro diario vivir, donde civiles se acomodan como sardinas humanas en aquella lata de cuatro ruedas, donde hasta una mosca, ocupa espacio y debe correrse hacia atrás.

Bus, es su nombre. Y su guía, el chofer que conduce a kilómetros por segundo y siempre trata de explotar el mínimo espacio de dicho vehículo y reducir tiempo en su recorrido. Analizando por su retrovisor y reclamando exasperadamente acomodarse a los pasajeros. Un total tetris humano. Los pasajeros, en ese hostil y caldeado medio de transporte, germinan pensamientos y emociones que expresan desde esperanza por ser un día nuevo, hasta incertidumbre por no saber que puede suceder cuando se llegué al lugar citado por cada uno.

Soy consciente que estando de pie, nuestra mente sólo quiere calmarse y tomar asiento muchas veces, para escapar de la paranoia social que se vive en el espacio reducido de un bus. Sin tener en cuenta prioridades como personas discapacitadas, de la tercera edad o mujeres en estado de embarazo. Algunos cometen, esas aberraciones de no ofrecer el puesto a esas personas. Luego de esto, si el puesto queda libre, ocurre entonces algo interesante. Mirar fijamente el transcurrir del bus a través de la ventanilla. No importa sí, es dentro de la ciudad, intermunicipal o si tiene otro recorrido distinto.

La ventanilla nos hace sumergir en un mundo de pensamientos y reflexiones, sin necesidad de confesarse ante un cura o desahogarse como un amigo. Muchas veces, nos sirve de antesala a ello. Recordamos viejas andanzas, por las calles donde va transitando el bus, pensamos acerca de las posibilidades que puede acarrear un inconveniente y si no tiene inconvenientes, nos lo imaginamos. Reflexionamos acerca de los errores ó ‘metidas de pata’, las peleas con familiares y amigos. O a veces simplemente, navegamos en ese mar, por sólo querer escapar de la rutina, sea a través de audífonos o mirando a perfectos desconocidos que caminan en aquellas convulsionadas o desérticas, quienes también al igual que nosotros, buscamos escapar de la rutina diaria y explorar esa cotidianidad que parece salvaje, pero que tiene su lado humano y exótico.

La ventanilla, una purificadora a nuestros problemas, y un confesionario mental a nuestros errores y esperanzas humanas, que nos hacen crecer o decrecer como seres vivos, en la única, contaminada y bella nave espacial llamada tierra. 

Juventud y otros demonios.

Es la expresión máxima de la vida humana en lo que refiere a la libertad, rebeldía, ideas, frescura, transformación de cultura, entre otros. El siglo XX se caracterizó por ser el periodo en el cual la civilización experimentó grandes acontecimientos, algunos apocalípticos, como la I y II Guerra Mundial. Otros gloriosos, como la llegada del hombre a la Luna – escepticismo que aún persiste – y el desarrollo de las comunicaciones. 

Pero la juventud, fue aquella que surgió espontáneamente de las revoluciones y artes, donde el humano consciente y con capacidad de razonamiento más avanzada en comparación de un niño, tuvo el valor de tomar las riendas de sublevación y se reveló ante el sistema social impartido en cada nación, que poco comprendía a los jóvenes, aquellos que no tenían respuestas a sus complejos. 

Patentándose desde luego, en aquel filme Rebelde sin causa cuyo protagonista James Dean – ícono de la juventud del siglo XX – simboliza la adolescencia de los 50’ en los Estados Unidos, flor del capitalismo y consumismo, modelo copiado a lo largo de las décadas siguientes por las naciones occidentales. Iconos como Chuck Berry,Elvis Presley y Marilyn Monroe catapultaron un dilema llamado juventud.

Poster Rebelde sin causa
Rebelde sin causa es una película estadounidense de 1955, dirigida por Nicholas Ray y protagonizada por James Dean, Natalie Wood, Sal Mineo,Jim Backus, Ann Doran y Corey Allen en los papeles principales. En el cual Jimmy Stark (James Dean), estudiante de instituto, es un chico particularmente difícil: confuso y desorientado, se ve frecuentemente envuelto en peleas y conflictos, a consecuencia de los cuales su familia, en la cual es el hijo único, se ve obligada a un permanente peregrinaje de una ciudad a otra. Llegado a Los Ángeles, también encontrará nuevos sentimientos hasta entonces desconocidos, el amor de Judy (Natalie Wood), y la amistad admirativa de ‘Platón’ Crawford (Sal Mineo), un muchacho aún más joven que él. No tarda en sostener su enésimo enfrentamiento, aunque, en esta ocasión, culminando en consecuencias terribles.

Por tanto, dicha obra insignia del séptimo arte dio inicio a algo que la sociedad de consumo se inventó o transformo en tiempo posterior, puntada inicial a una manifestación novedosa del proceso natural de la evolución darwinista, el cual en tiempos ajenos a la modernidad, se basaba en nacer, crecer, reproducirse y morir. 

Dean también marco un hito en la historia moderna, debido a que fallece a los 27 años – edad curiosamente mítica – en un accidente automovilístico. Sin embargo, también incrusto lemas que invocan a vivir la juventud  plena, con sueños y excesos. A un inicio de diversión y juerga, pero con desenlaces fatales. A mi juicio, dos frases que sellaron el inicio de la juventud, persistentes hoy día. “sueña como si fueses a vivir para siempre, vive como si fueras a morir hoy” y “hay que vivir deprisa, la muerte llega muy pronto”. He aquí, el primer filosofo de la juventud.

Jimi Hendrix
Llegan los 60’ y con ella, la el éxtasis de la liberación sexual, apatía al racismo, a la guerra, estallidos de revolución social, entre otros. Provenientes de la juventud, rebelde y apasionada por el cambio social, visionado desde las clases sociales menos favorecidas, fervientes en vivir en paz y armonía. La juventud, se inventó el rock n’ roll. The Beatles, Woodstock y la liberación sexual son primogénitos de los primeros pasos de la juventud, estos pioneros de la invasión británica desataron en Occidente un fervor de idolatría a los movimientos hippies, al cine francés, la revolución cubana, la aparición de comunidades LGBTI y el NO rotundo a la guerra de Vietnam. Aparecen ‘filósofos’ tales como Luther King, Jimmy Hendrix, Jim Morrison y John F. Kennedy, induciendo principios que iban en contra de todas las visiones y luchaba contra todo lo establecidos, iconos que no perduraron hasta la siguiente década. Por otro lado, la aparición de instrumentos apocalípticos como las drogas LSD, heroína, marihuana, entre otros, que sólo han servido para ir en detrimento de los jóvenes que no hallan solución alguna a sus vivencias. Dos contrastes – revolución y drogas - que se plasmaron como estatuas en aquel lugar del tiempo que muchos contemporáneos denominan como la década de los cambios. La revolución de mayo 68 en Francia, nos reveló todo lo anterior.

John Lennon
Tras la muerte de Hendrix, Morrison, el desenlace de la Guerra de Vietnam y la separación de The Beatles, la década de los cambios -  los sesenta – queda atrás, sus ideales perduran pero sus insignias desaparecen de la faz de la tierra. Los primeros pasos de la tecnología contemporánea como el nacimiento de Apple y la creación del Walkman, las pandillas juveniles abordadas desde la visión magnánima y creativa de Stanley Kubrick a través de su fruta ácida llamada La Naranja Mecánica, el elíxir de la ficción con Star Wars, en la música Led Zeppelin y el boxeo como protagonista con Rocky dentro de las experimentaciones del séptimo arte. Por otro lado, John Lennon se convirtió en aquel símbolo de paz, que había sobrevivido de la década anterior y se dispuso a recorrer el mundo en busca de la convivencia pacífica y armónica entre la humanidad. Lastimosamente es asesinado en Nueva York a finales de 1980. El punk neoyorquino y británico también elevó su voz en esta década - The Ramones & The Clash. 

Logo de MTV
Sin embargo, la década que para la juventud mostró dos caras de la moneda – a mi juicio según lo investigado y testimonios de mi entorno – fueron los años 80. La juventud dejaría de ser revolucionaria, a transformarse en un estilo chic – mezclando glam  y prestigio – donde la música y el cine estuvieron en su máxima expresión artística como tal, los videojuegos, el surgimiento del neoliberalismo, aparición del SIDA, la amenaza latente de una guerra nuclear, la lucha de guerrillas en América Latina continúa y la caída del muro de Berlín fulminarían al comunismo en toda Europa. Una juventud que vivió descalabros – aparición del SIDA y amenaza nuclear – mientras que por otro lado estuvo favorecida por la aparición de videojuegos y poder adquisitiva. Como íconos Maradona, Lech Walesa, MTV, entre otros. La libertad de la juventud se basó en el materialismo, apoyado en ideas convencionales y consumistas, apartando a un lado el idealismo anárquico de las décadas anteriores.

Kurt Cobain
Ante eso, llegaron los años 90. La caída de la URSS, La revolución informática – gracias tanto al internet como Microsoft– , el boom de la telefonía móvil, la evolución de los videojuegos – aparición del Super Nintendo junto al PlayStation - y MTV en su máximo esplendor como las series de televisión, los jóvenes de aquellas épocas se hartaron del consumismo y mostraban una visión futurista pésima. Lo cual les valió la denominación de la generación X. La cual se basaba en un vacío de valores y recordó aquellos principios anarquistas de Tolstoi y nihilistas de Nietzsche a través del grunge, hardrock junto al rap y hip - hop. Hechos importantes impulsados por jóvenes como la unificación de Alemania, el acuerdo de paz en Irlanda del Norte, inclusive la llegada del Armagedón. Personajes como el rockero Kurt Cobain – vocalista de Nirvana - , el asesinado rapero Tupac Shakur,  el piloto brasileño Ayrton Senna y Mónica Lewinsky, asesora presidencial de Bill Clinton, fueron los destacados personajes entre la juventud de aquella época. Fue una época que sirvió de transición al siglo XXI.

Estudiantes chilenos en 2011
Ante estos sucesos, la primera década del siglo XXI recopiló todas aquellas ideas que los jóvenes en décadas anteriores dejaron como legado. Con el nacimiento de una nueva revolución industrial, protocolo de Kioto, aparición de herramientas o nuevas tecnologías en la información y comunicación – masificación del correo electrónico y dispositivos de almacenamientos (USB) – convirtieron a los jóvenes en ciudadanos digitales que tienen una residencia permanente en el mundo del ciberespacio. Las diferentes corrientes ideológicas chocan también en este mundo – creado por los humanos – con representaciones simbólicas como páginas web, redes sociales, correo electrónicos, entre otros. Servirían como puntos de encuentros de masividad  de grupos desde anarquistas pacíficos hasta conservadores radicales. El matrimonio de homosexuales, la legitimidad de la comunidad de LGBT, la despenalización del aborto y el uso de drogas – en especial la marihuana -, la pedofilia por parte de líderes religiosos, el grito por una educación gratuita y de calidad – Chile y Colombia - bastaron para que los jóvenes hasta nuestros días alzaran su voz, y convirtieran como armas de poder la informática – liderada por Anonymous – a través de convocatorias en redes sociales – el movimiento 15M y la Primavera árabe dieron muestra de ello - para luchar en contra del sistema que lleva en detrimento moral y económico a la civilización contemporánea.
De todo lo anterior, se destaca como denominador común la rebeldía juvenil, ferviente en todas estas décadas de cambios y revolución del sistema que se establece en el poder ya sea a través de manipulación o sangre. El mundo sin la juventud, sería una cárcel sin prisioneros inocente – consideración particular -. La frescura juvenil, siempre generará polémica, estigmatización y exclusión por parte de grupos sociales que se resisten al cambio, radicalizando los valores y no principios. El mundo siempre estará en constante movimiento, quién no se acopla a los nuevos cambios, muere en la vejez del tiempo. 

Los jóvenes son los herederos del tiempo. En Colombia, un gran genio llamado Jaime Garzón nos dejó como legado sus pensamientos. “Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvárselos” y concluyó esta opinión con la siguiente frase
“Es la fiebre de la juventud la que mantiene el mundo a la temperatura normal” decía el escritor francés Georges Bernanos. 

¡Larga vida a la juventud!